Albania es un país tranquilo y hospitalario, quizá el mejor secreto de los Balcanes. Aquí el turismo de aglomeraciones aún no ha llegado, o por lo menos aún se resiste, siendo un destino interesante desde el punto de vista histórico, natural y antropológico. El Mediterráneo menos conocido de Europa está en Albania. Su litoral está menos explotado que otros en España, Italia o Grecia, lo que sirve de incentivo extra para elegirlo.
Lugares que no te debes perder
Tirana
La Tirana actual no tiene nada que ver con la capital albanesa en los 90. Alegre, llena de color gracias a las actuaciones urbanísticas y con una gran marcha, Tirana merece la pena para indagar en la sufrida historia que ha vivido. Los bunkers museo, el teleférico del Monte Datji y sus locales de moda son solo un pequeño puñado de razones.
Riviera Albanesa
La Riviera Albanesa se ha hecho un nombre entre otros litorales del Mediterráneo. Desde ya mayo hasta bien entrado el otoño podemos disfrutar del baño en Albania, eligiendo entre playas con marcha garantizada o calas más reservadas. Además, a lo largo de la costa hay lugares que dejan la boca abierta como las Islas Ksamil para ver el atardecer, la playa de Gjipe con sus acantilados, o la de Drymades .
Dürres
Dürres, en la costa albanesa del mar Adriático, es la segunda ciudad en población del país. Bajo una apariencia industrial, desordenada y algo caótica, aún late el pasado romano, con restos de monumentos como el anfiteatro, las termas públicas, restos de un acueducto, y las murallas venecianas – bizantinas.Hoy en día, al igual que en tiempos de la Antigua Roma, Dürres mantiene las conexiones con barco con Italia, tanto con los puertos de Bari y Brindisi, como con Ancona y Trieste.